CARIDAD ES AMOR

Isaías 58:10

…Y si te ofreces al hambriento, y sacias el deseo del afligido, entonces surgirá tu luz en las tinieblas, y tu oscuridad {será} como el mediodía.

Cuando escuchamos la palabra caridad, llegamos a confundirla con limosna, sin embargo, esto no es así, la acción de ser caritativos va directamente relacionada con el amor, la forma en la que Dios mismo nos pide amar a los demás como a nosotros mismos.

La caridad es una expresión misma del amor de Dios que se manifiesta de muchas formas, Él mismo es caritativo con nosotros y no por ello nos ve con lástima o desprecio, como muchas veces nosotros vemos a las personas desvalidas y necesitadas, la caridad desde la mirada de Nuestro Padre es la expresión de ternura y bondad que nos provee y ayuda, pero no solo desde lo material, sino también desde el alma.

Para nuestro Padre Dios es importante que practiquemos la virtud de la caridad con todas las personas que aparecen en nuestro camino y que de una forma u otra podemos ayudar, las obras o acciones caritativas pueden ir enfocadas a brindar el apoyo a personas con necesidades de alimento o vestido y si está en nuestras posibilidades aliviar dichas carencias, es nuestro deber hacerlo, pues a quien Dios provee y da, le es multiplicado, más es importante que el dar no sea con el fin de querer obtener mayores beneficios económicos, sino con la firme convicción de solo cumplir la voluntad de Dios, manifestada en el bien que podemos hacer a los demás.

Por otra parte, el amor expresado en caridad, también es aquel que alivia las penas y necesidades de afecto, apoyo y compañía, todos de una u otra forma estamos librando batallas emocionales y espirituales en las que es necesario el apoyo

para poder superar las pruebas y salir al encuentro del éxito y la alegría, el regalar nuestro tiempo, cariño y comprensión a los demás es sumamente importante ya que muchas veces esto basta para poder aliviar el sufrimiento. Cuando alguien se encuentra viviendo soledad, depresión, miedo, enfermedad, incertidumbre y la batalla se lucha sola se vuelve un camino muy duro para transitar, pero con alguien a tu lado que se vuelve tu apoyo la sanación llega a ser más fácil de encontrar.

Practiquemos la caridad, con todas las personas que Papá Dios dispone para poder brindar lo que nosotros tenemos y que otra persona necesita, con bondad y como un acto sincero de cumplimiento del amor de Dios que se manifiesta en nosotros y de nosotros para los demás, pues los dones y gracias que el Creador nos regala, deben ser compartidos con aquellos que nos pone en el camino para ayudarnos entre todos a mejorar, y vencer los obstáculos y dificultades en la vida terrenal.

Somos creación de Dios, somos amor, todo lo vivo en este planeta necesita el amor, y cuando es necesario ayudar a quien se encuentra en una situación de desventaja, no es para dejarle caído, sino para ayudarle a retomar la confianza, la dignidad, y la fe en que su historia puede ser diferente y que esta vida es maravillosa y es un regalo extraordinario que debe agradecerse y aprovecharse cada día.