TODO SE LO DEJO A DIOS...¿EN VERDAD?
- ceinte
- 24 jul 2024
- 2 Min. de lectura
A veces la vida te lleva por caminos que nunca imaginaste, y justo en ese caminar surgió una reflexión que da motivo a esta nueva entrada, el título puede sonar escandaloso para los que creemos que Dios tiene todo en sus manos y que está en control de todo, y eso no dudo que es así, pues dueño de cielos y tierra...¿Qué podría salir de sus manos?.

Sin embargo, cuando hablamos del ser humano, debemos tener mayor conciencia respecto a la creación y su Creador, de acuerdo con el libro del Génesis, fuimos hechos a su imagen y semejanza, somos hijos de Dios por su voluntad perfecta y divina, y fuimos dotados de muchos dones que nos hacen seres únicos, pero hay una virtud que es fundamental...el libre albedrío.
Ahondar en dicha virtud nos llevaría centenas de líneas, pues es una tema que ha despertado el interés de filósofos y pensadores que han entrado el estudio del mismo, no obstante, en estás cortas líneas le defino como la libertad para elegir lo que deseamos en el regalo de la vida.
Definitivamente, el libre albedrío define como se mueve este mundo; si nos centramos en el bien y el mal, por ejemplo, podemos ver que hay total libertad para elegir como actuar para con lo demás y para con nosotros mismos, haciendo bien a otros o no. Si Dios es amor, y si somos sus hijos entonces deberíamos de forma automática elegir justo el camino del amor, sin embargo, muchas veces a lo largo de nuestra vida decidimos no hacerlo.
No hay imposición divina para elegir lo que Dios quiere para nosotros, por el libre albedrío, y es una ley que fue establecida desde el inicio hasta el fin de la existencia humana (si es que ésta sucediera) las leyes del Creador son inmutables y permanentes.
Entonces bien, regresando al título de esta entrada, ¿De verdad todo debemos dejarlo en manos de Dios?, culpar a Dios por todo lo que nos pasa o pretender que todo sea resuelto por su Poder Divino, es una falta de responsabilidad de nuestras decisiones y por lo tanto de nuestras acciones, es por ello que fuimos dotados de entendimiento, inteligencia, discernimiento y hasta de intuición (esa voz interior que todo el tiempo te dice que es lo mejor, es Dios Espíritu Santo que nos guía, aprende a escucharlo) para elegir los mejores caminos y que la ley de “causa y efecto” no nos juegue en contra, y entonces esperar la ayuda divina (que jamás nos falta) para dar solución a aquello que pudimos haber evitado o que está en nuestras manos hacer su suceda.
Así que...¡No!, no todo se pone en las manos de Dios, cuando las situaciones nos permiten tomar una sabia decisión y usar los recursos de los que disponemos para llevar una vida en paz y feliz con todo lo que forma parte de nuestro universo personal.
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