HABLEMOS SOBRE EL JUEVES SANTO
- ceinte
- 28 oct 2023
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Estamos celebrando los días más importantes del año dentro de la iglesia católica y uno de los eventos más importantes para la humanidad. Recordamos los sucesos que los evangelios de Mateo, Marcos Lucas y Juan nos presentan en el texto bíblico: La pasión de Nuestro Señor Jesús.
El jueves santo es unos de los días más importantes para el género humano toda vez que se abrió para la humanidad el conocimiento de los designios de Dios para la salvación de las almas, a través del misterio de la encarnación del verbo en el pan material para alimentar a los fieles que han decidido seguir a Cristo con el corazón.

La eucaristía es un sacramento que proviene del sacrificio de Jesús, cómo cordero inmolado para limpiar las culpas de toda la humanidad, desde el inicio hasta el fin de los tiempos del hombre como humano, y nos recuerda en cada celebración eucarística (misa) el Santo Sacrificio por el que todos podemos acceder a la vida eterna después de la muerte física, en la vida terrenal a la cuál venimos para ganarnos la gloria del cielo.
También, hoy, recordamos la institución del sacerdocio como don otorgado a los hombres dignos de ser seguidores de Cristo y pastores del rebaño que somos nosotros, pues Dios deseó que los hombres correctos, dirigieran a la multitud que necesita un guía a quien seguir en el camino hacia la perfección del alma en la tierra.
Aunque dicha institución ha sido desprestigiada por las malas noticias de abusos por parte de algunos sacerdotes, no debemos olvidar, en principio, que ellos son hombres, y que también son tentados por el mal para alejarse de su misión pastoral al servicio de Dios, y por otra parte que no todos los sacerdotes son malos y que hay muchos ejemplos de bondad, caridad y firmeza en su labor. ¿Tu dejas de buscar un médico, solo porque supiste que uno cometió negligencia? La respuesta es obvia, no buscas al médico, buscas el alivio a tu enfermedad, de la misma forma, no debes buscar al sacerdote, sino la cura a las necesidades del alma, siendo ellos quienes, teniendo una muy dura misión, luchan por mantener en la mayor medida posible a la congregación unida a Dios.
¿Y tú qué haces para reforzar tu fe? No todo está en manos de los sacerdotes, también cada uno tenemos la obligación de introducirnos en el mundo espiritual buscando a Dios cada día sin detenernos unos solo, para poder alcanzar el desarrollo pleno de la fe cristiana con convicciones propias.
Oremos por las vocaciones que cada vez más son necesarias, y recordemos que sin importar lo que pase en el mundo terrenal, la vida espiritual es intocable, y alcanzarla es un don dado a todos por igual.
¡Gloria al reino de Dios!
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