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JUSTICIA O MISERICORDIA

  • ceinte
  • 25 oct 2022
  • 3 Min. de lectura


Esta es una de las entradas más interesantes que se publica en el blog, ya que trata de uno de los temas más controvertidos por creyentes y no creyentes de Dios; ¿Por qué Dios permite que cosas malas sucedan? ¿Por qué Dios no hace nada contra los malos?, esta y otras interrogantes que van encaminadas a cuestionar la voluntad de Dios y/o las desagradables situaciones que pasan en el mundo, como si Dios tuviera la culpa.

Bueno y justo es el Señor;

por eso les muestra a los pecadores el camino.

Él dirige en la justicia a los humildes,

y les enseña su camino.

Salmo 25:8-9

En las Sagradas Escrituras podemos ver diversos párrafos que nos dicen que –Dios es bueno-, y todo lo que viene de Él por naturaleza siempre será para bien de los que le aman, de tal forma que Dios jamás aprueba los hechos que dañan al ser humano, ni está de acuerdo en las injusticias que se llevan a cabo día a día. Todo aquello que sucede y que va en contra del bien o de lo que es bueno, es originado por el mal, mismo al que la especie humana a ha dado cabida desde el inicio de los tiempos. Dios hizo todas las cosas buenas, y tan es así que el planeta tierra se regenera de forma constante y ha perdurado por millones de años, de igual forma la raza humana subsiste a pesar de la mano del hombre contra el hombre.

Entonces si Dios no permite el mal, ¿Por qué suceden cosas desagradables?, el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios, y dos criterios fundamentales que sostienen esta doctrina es que el ser humano está diseñado para amar y tiene libre albedrio, las personas no seriamos hijos de Dios siendo esclavos de sus decisiones, no tendría sentido el perdón del pecado y la muerte de Nuestro Señor Jesucristo si todos hiciéramos la voluntad de Dios a cabalidad, porque entonces, al saber que Dios es bueno, el pecado simplemente no existiría, de tal forma que la humanidad ha sido configurada con la libertad de tomar las decisiones que estime convenientes según sus creencias, deseos, pensamientos, y muchas otras razones, desafortunadamente existen ocasiones que lejos de elegir lo que sabemos que es bueno para nosotros, hacemos todo lo contrario y terminamos dañándonos y haciendo daño a los demás.

¿Por qué entonces cuando algo malo ocurre, parece que la justicia de Dios no llega? Un argumento de aquellos que niegan la existencia de Dios o su falta de fe en Él, se enfoca en que el antiguo testamento testifica destrucción de ciudades y castigos fatales debido a la desobediencia a la voluntad de Dios, lo cual ocurrió, sin embargo, cuando llegó el Cordero a dar su vida por nosotros, antepuso la justicia de Dios por la misericordia que deriva del arrepentimiento y perdón de los pecados o faltas cometidas.



Entonces, ¿Queremos un Dios que implacable en su justicia o un Dios misericordioso?, pedimos justicia para otros, pero al mismo tiempo pedimos misericordia para nosotros. Bajo dicha razón, debemos decir que esto está claramente explicado a Santa Faustina cuando Nuestro Señor Jesús le pidió escribir todas sus enseñanzas, y dijo: “Antes de venir como el Juez Justo, vengo como el Rey de Misericordia”, es por ello que la justicia de Dios Padre es aplacada por la misericordia de Dios Hijo, de tal manera que gracias al Sacrificio de muerte de Jesús todas las almas tienen la oportunidad de ser salvadas mediante el arrepentimiento, es por ello, que antes de que la justicia sea aplicada por las obras de maldad, primero está el perdón. Sin embargo, todo bajo el cielo de Dios tiene su hora, y toda obra buena o mala recibe su pago.

No busquemos, ni deseemos el mal para los demás, Lucas 6:35: “Antes bien, amad a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad no esperando nada a cambio, y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque Él es bondadoso para con los ingratos y perversos”.

Busquemos el bien y la misericordia nos encontrará siempre.

 
 
 

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