"LA VERDAD OS HARÁ LIBRES"
- ceinte
- 13 feb 2022
- 4 Min. de lectura

La libertad es uno de los valores necesarios para la vida y felicidad del ser humano, gracias a ella es posible tomar cada decisión que nos dirija en cada momento de nuestra existencia, la libertad asegura un camino de fortaleza, iniciativa, creación y amor tanto en las relaciones sociales como en lo más íntimo de cada individuo.
La verdad como concepto ha sido analizado por filósofos de diversas culturas y épocas, y finalmente no existe un significado universal sobre la verdad, sin embargo, en la interacción humana un consenso sobre su significado reconocido como verdad es “aquello” que da la seguridad de certeza, la Real Academia de la Lengua Española define la certeza como: “1. f. Conocimiento seguro y claro de algo. 2. f. Firme adhesión de la mente a algo conocible, sin temor de errar.” Es en la certeza de que algo es, en lo que lo seres humanos ponemos nuestra confianza y creemos en ello, conformando nuestro sistema de valores, pensamientos, ideas y motivaciones por las cuales tomamos nuestras decisiones.
En esta oportunidad, analizaremos a la “verdad” desde la lectura del Evangelio de San Juan, y que además es un referente sobre el fundamento de la fe cristiana. El capítulo 8 dicho evangelio es uno de lo más contundentes y claros sobre la procedencia Divina de Jesús, quien declara de forma categórica que es Hijo de Dios, y que es Dios mismo quien lo envió y que regresaría con Él, señaló asimismo que Dios siempre estaba con El y que todo lo que decía lo había aprendido de su Padre (Dios), con todo ello y cimentando su origen Divino, prometió lo siguiente: 31.“Si permanecéis en mi palabra, sois verdaderamente mis discípulos, 32 y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32) y luego señaló 34:“…En verdad, en verdad, os digo, todo el que comete pecado es esclavo del pecado. 35. Ahora bien, el esclavo no queda en la casa para siempre, el hijo queda para siempre. 36. Si pues, el Hijo os hace libres, seréis verdaderamente libres”. En el mismo evangelio, capítulo 14 versículo 6, Jesús declara “Soy Yo el camino, la verdad, y la vida; nadie va al Padre, sino por mí”.
Estas palabras dichas por Jesús, son declaraciones indubitables de que es Hijo de Dios y que Dios Padre es uno con ÉL, ahora bien, también nos dice que Él es la verdad y que si permanecemos en su palabra conoceremos la verdad y seremos libres, ahora bien, como podemos advertir del evangelio citado, la libertad que promete Jesús es la libertad sobre el pecado, porque el pecado esclaviza al ser humano y lo aparta del amor de Dios (para leer sobre la esclavitud del pecado pueden leer el siguiente artículo anterior de este blog https://ceinte.wixsite.com/encuentrocondios/post/la-reconciliaci%C3%B3n-con-dios-y-contigo-mism ), por lo tanto no puede alcanzar la plenitud de su vida ni terrenal ni celestial, sin embargo, en la verdad que de la boca de Dios sale, está la libertad del hombre, esa libertad en la que puede experimentar el amor de Dios en toda su plenitud y vivir feliz tanto en su interior como en todo lo que le rodea. La verdad entonces para la fe cristiana se traduce en el mismo Jesús, quien tuvo un multi-lenguaje para mostrarnos lo que nos lleva al camino de la libertad; los evangelios nos demuestran las muchas palabras y discursos de Jesús ante sus judíos, no judíos, detractores y seguidores, que nos enseñan sobre el camino al cielo y a cumplir la voluntad de Dios, pero no solo nos habló a través de la palabra sino también de las acciones que Él llevo a cabo y que de forma concluyente nos develan el mensaje que Dios mismo encarnado quiso dejar como testimonio de la verdad. Además, en la misma conciencia Él nos habla a cada momento y nos acompaña en cada decisión, su voz está siempre presente y nos guía para ayudarnos a hacer siempre lo mejor, cumple lo que prometió “…y mirad que Yo estoy con vosotros todos los días…” (Mateo 28:20).
Por tanto, la verdad en Cristo, es su palabra en conjunto con sus acciones que van de acuerdo a la voluntad de Dios Padre y en comunión con el bien para el ser humano. Si creemos en lo que Jesús nos dice a través de todos sus lenguajes, podemos entonces entender y conocer que el amor de Dios es el origen y finalidad de toda la vida y por supuesto de la existencia humana. Permanecer en la palabra de Jesús, cumpliéndola y siguiéndola con fidelidad nos asegura estar fuera del pecado y conocer más allá de lo que muchas veces el mundo nos quiere mostrar como verdadero, cuando en realidad, en muchas ocasiones solo es una construcción de ideas o pensamientos que nos apartan del camino de la verdad para nuestra realización humana y espiritual, ante intereses que sirven al pecado y al padre de la mentira y que buscan la destrucción de cada hombre y mujer, por quienes Jesús dio su cuerpo y sangre para que todo ser humano pueda alcanzar el perdón de sus pecados y poder regresar a la casa del Padre para vivir en la eternidad con Él. La batalla que Jesús vino a dar en la tierra no era de este mundo, como Él dijo, sino del mundo espiritual del cual todos somos parte y en el cual, existe la verdadera libertad en el abrigo del Altísimo.
Jesús amoroso y misericordioso, enséñanos a entender, seguir y cumplir tu palabra como verdaderos discípulos tuyos para conocer la verdad en cada momento de nuestra vida, y alejarnos de la mentira que nos lleva al pecado y no nos permite ver el amor de Dios que nos salva y vivifica. Amén.
¡Gloria a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo!
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