¿Y QUÉ VIENE MAÑANA?
- ceinte
- 25 ago 2023
- 2 Min. de lectura

“Porque yo conozco muy bien los planes que tengo proyectados sobre ustedes –oráculo del Señor–: son planes de prosperidad y no de desgracia, para asegurarles un porvenir y una esperanza”.
Jeremías 29,11.
¿Te preocupa el futuro?, sin duda, este post es para ti. La ansiedad por saber que pasará más adelante, la duda si lograremos nuestras metas o sueños, nos crean un sinsabor en el presente que nubla nuestra visión y que no permite disfrutar de las múltiples bendiciones que en nuestra vida están.
Nos estresamos por saber si encontraremos el trabajo correcto, si tendremos la casa, el coche de nuestros sueños, si encontraremos el amor de nuestra vida y podremos formar la familia anhelada, siempre hay una razón que no nos deja dormir, que nos agobia, esto se debe principalmente a dos razones, querer tener el control de nuestra vida, y no permitir que Dios actúe en ella haciendo su voluntad.
Muchas veces interferimos en los planes que Dios tiene para todos nosotros, como bien el profeta Jeremías transmitió el mensaje, debemos confiar en que el futuro que nuestro Creador tiene planeado para todas y todos nosotros es prospero, con la certeza de que nos ofrece la felicidad verdadera, y todas sus decisiones van encaminadas a obtener esa dicha, pero conforme su plan perfecto, encaminado no solo a la alegría en esta vida, sino en la seguridad de que podremos alcanzar la eternidad y que estaremos con Él en el cielo.
Es la gran diferencia entre nuestros planes y los planes divinos, éstos últimos siempre aspirarán a la santidad, el bien y el amor de DIOS para nosotros y entre nosotros, de tal forma que podemos estar seguros de que todo será para obrar en beneficio de nosotros y la creación.
Los planes humanos, a veces llegan a ser egoístas, o alejados de la verdad y el amor, que incluso nos destruyen, nos desgastan y hasta nos quitan la ilusión por la vida, es por ello, que Dios nos invita a confiar en su voluntad y en su proyecto de vida para cada uno de nosotros.
Para que pueda materializarse en nuestra vida dicho plan, solo bastan tres virtudes: la confianza, la paciencia y la certeza, cada uno de ellos, puesto en la voluntad de Dios, creyendo verdaderamente que Él está actuando, y que nada está fuera de su control, solo debemos esperar que todo se cumpla, en su tiempo perfecto.
En tanto, solo nos debemos de ocupar en las cosas que forman nuestro presente, enfocarnos en el hoy y disfrutando de todo lo que realmente tenemos, por gracia y misericordia de Dios, y que muchas veces no nos damos cuenta de que es demasiado, tú que estás leyendo esto, te aseguro que no te falta un techo, comida y vestido, tienes el regalo de la vista y el entendimiento, todo ello parece normal, pero en realidad, son un milagro que debemos agradecer y valorar.
Valora el regalo que tienes HOY, la vida y todas las sorpresas que día a día, nuestro Padre nos tiene preparadas, que no te preocupe el mañana, llegará y de la mejor manera que pudiste haber imaginado.
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